"La dificultad no debe ser un motivo para desistir sino un estímulo para continuar"

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UN GOLPE DE SUERTE

UN GOLPE DE SUERTE © Jordi Sierra i Fabra 2013 Jorge muy atento pasea por la placita. Camina feliz y contento, comiendo de una bolsita. De repente ¡qué curioso!, su atención se dispara. Sin apenas reposo le cambía la cara En el suelo, perdido, de 50 euros ve un billete. A alguien se le ha caído, cargando algún paquete. ¡El más rápido hay que ser! ¡No hay que perder el rato! Antes de que lo puedan ver, lo tapa con el zapato. Ya es suya la fortuna. El billete bien escondido. Una agachadita oportuna, ¡y al bolsillo decidido! Los ojos le bailan dichosos. ¡Podrá comprar lo que quiera! Caramelos deliciosos o un helado de rica pera. Ir al cine, hacer regalos. La Navidad está al llegar No tendrá que andar a palos, ni suplicar ni llorar. Es mejor moverse aprisa, echar a correr como un cohete, no sea que le de la risa, y su dicha compromete. ¡Ah, que mala fortuna! Delante suyo se para Marcelo. Es un tonto con cara de luna, que siempre le toma el pelo “¿Que esperas el bus Jorgito? Porque aquí no para ninguno. Tan quieto con cara de pito, estás de lo más oportuno” “¿No te mueves? ¡Qué valiente! Antes al verme corrías. Eras el mejor cliente, para hacer mis tonterías” Marcelo se va riendo. Jorge suspira aliviado. Recoger el billete va siendo, algo muy complicado. Vuelve a concentrarse. ¡Ha de poner manos a la obra! Agarrar el billete y largarse. Perfecta ha de ser la maniobra. Ha de frenarse otra vez. Se acerca el señor Alejo. Es un abuelo con cara de pez. siempre enfadado y muy viejo. “¡Que una tramando estarás, aquí tan quieto y callado! ¡Qué gamberrada harás, con tu cara de pasmado!” “Señor Alejo, no hago nada Miro a la gente caminar. Esta es la hora afortunada, para echarse a pasear” No le cree el abuelo, receloso. De golpe va y estornuda. Acaba yéndose furioso, mirándole con cara de duda. Se aleja el inoportuno, pero, detrás suyo, una voz. Es la viuda don don Bruno. el comerciante de arroz. “Hola Jorge, buen muchacho. ¿Le darás a mamá un recado? Tengo un poco de empacho, y un remedio me han mandado” “Claro que sí, doña Tatiana Lo que me ha dicho no olvidaré. Antes de meterme en cama, El recado le daré”. Se marcha la nueva intrusa. Jorge se agacha despacio Pero, ¡oh, suerte difusa! ahora se acerca el Pancracio. Le saluda dándole un palo. Es el tormento del lugar. Bravucón y chico malo, con él no se puede arriesgar Jorge se queda parado. No levanta le pie y resiste. Pancracio se queda a su lado, con cara de mal chiste. “¿Cómo es que no sales corriendo, como haces siempre acobardado? ¿Acaso es hora de ir siendo, valiente y bien plantado?” Jorge se lo mira con firmeza. Todo antes que claudicar. Si aguanta con entereza, el premio puede ganar. “Ya veo que tienes valor”, dice el agresor desconcertado. “Pues ya no te causaré dolor, desde hoy seré tu liado”. Solo vuelve a quedarse. Ahora es su amigo el matón. No es cosa de enfadarse, le ha tomado por un león. ¿Y cuanta gente conoce? ¿Por allí pasarán todos? Jorge en el fondo reconoce, que es chico de buenos modos Ya tiene el pie medio dormido. ¡Raíces le van a salir! Si consigue el premio querido, a casita y a dormir. Nada de soñar despierto. No se vende la piel del oso, sin antes cazarlo, muy cierto. Lo primer es salir victorioso. Observa a uno y otro lado. Merece el premio por su esmero. “Ahora o nunca”, dice enfadado. Más alguien le mira por un agujero Por fin el billete en la mano. Toca salir disparado. Hacer ejercicio es muy sano, si además ha triunfado Ni un paso puede dar. Aparece de la nada un mendigo El pobre casi no puede hablar. De su suerte ha sido testigo. “¡Oh, gracias, chico valiente!”, le quita el billete de la mano. “Hoy comeré caliente, me sentiré feliz y sano”. El mendigo se va contento. Jorge se queda helado. La suerte es como el viento. sopla de cualquier lado. Pero no todo está perdido. ¡Ha hecho una buena acción! Camina un poco abatido, hasta que sonríe de corazón. La suerte es una lotería. Te hace soñar despierto. Te da fuerzas y alegría, aunque el futuro sea incierto ¡Lo malo es ser tan popular! ¡El barrio entero le conoce! Esto da para reflexionar. ¡A fin de cuentas es un goce! Es hora de volver a casa, y tomárselo con paciencia. Cada día que pasa, la vida te da experiencia.

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